Panarea es la hermana sofisticada de las Islas Eolias.
Se trata de la isla en la que algunas celebridades se escapan de otras que pululan por Capri, Portofino y Cerdeña. Lejos de los paparazzi y las influencers. Una lista de sus vecinos notables incluye a Giorgio Armani, el Príncipe Laurent de Bélgica, un Bulgari, un Visconti y hasta descendientes directos de Agnelli, Onassis, Chaplin, Niarchos, Casiraghi y los Borghese romanos. Entrar nunca fue fácil, porque además de un suntuoso cheque, hay un estricto boca a boca, y sencillamente, ya no queda espacio.
Así y todo, los días en Panarea se pasan descalzos, bebiendo aperitivos, y a menudo, descansando en botes de madera desde los cuales se puede saltar al mar perezosamente al final de la tarde. La atmósfera todavía se siente como en los años sesenta, antes de que el servicio de helicópteros programado - y las lanchas rápidas - masificaran la sofisticación del fin de semana. Sus calles se parecen más a senderos: estrechos, sinuosos, empedrados y cubiertos de frangipani o cactus silvestres. Las casas son discretos refugios de piedra y anchas paredes blancas a la sombra de brillantes buganvilias.
Panarea todavía es el tipo de lugar en donde se invita a los vecinos a comer o tomar una copa, simplemente porque hay muy pocos alrededor. Un lugar donde un poco después de las 10 p.m. todos se amontonan en el Bridge sushi bar previos drinks en la terraza del Hotel Raya. Y donde uno puede presenciar ese fenómeno único de la etiqueta isleña: billonarios en sandalias y vestidos de playa, con ese color tan particular que solo pueden producir semanas de baños de mar y la buena vida al sol del mediterráneo.
Panarea es todo esto, pero también es reserva natural y patrimonio mundial de la UNESCO. Una isla que ostenta un asentamiento de la Edad de Bronce, migraciones de aves, fumarolas que de tanto en tanto aparecen en sus playas del norte, cuevas volcánicas petrificadas rodeadas de mar turquesa y por sobre todas las cosas, una de las vistas más lindas del Strómboli. Todo en escasos de 3,4 km2 que se recorren enteramente a pié (si sabés como llegar).
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PANAREA ES UNA PARADA OBLIGADA EN NUESTROS RECORRIDOS POR LAS ISLAS EOLIAS
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